Proyecto Fachada

Antecedentes y contexto

Administrativamente, Fachada ha sido un trabajo colectivo de artes visuales posibilitado por la obtención de financiamiento en el concurso regular convocado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (FONDART), 2005[1].

El trabajo fue realizado por el colectivo de arte Trabajos de utilidad pública (TUP)[2], colectivo transdisciplinario[3] que investiga la ciudad mediante acciones u operaciones de arte que se proponen la ocupación del espacio-tiempo público. Dedicado a la ejecución de experiencias generativas de sentidos (an)estético-políticos, fundadas en prácticas de ocupación del espacio, de escucha, “relacionales” y de convivencia, activadas a través de la conversación y el trabajo en común con los habitantes y los archivos de la memoria poblacional, TUP busca hacer de la ciudad un lugar de experiencia artística.

Fachada se propuso un trabajo con los habitantes de dos asentamientos urbanos situados al oriente de la ciudad de Santiago de Chile: la Villa Jaime Eyzaguirre (JE, comuna de Macul) y la Villa Simón Bolívar (SB, comuna de Peñalolén). El trabajo tuvo como sentido más general poner en forma ciertas expresiones del patrimonio memorial proponiendo como lugar de encuentro las fachadas de viviendas. En ambos asentamientos este poner en forma alcanzó presentaciones distintas: en JE las fachadas fueron ocasión fotográfica; en SB de intervención plástico-visual incorporada en las fachadas.

Fundamento

Fachada tuvo como concepto matriz la interfaz. Tal concepto denota una “conexión física y funcional entre dos aparatos o sistemas independientes”. Y es en varios sentidos que la interfaz es matriz en Fachada.

Un primer sentido: interfaz entre artes visuales y vida cotidiana. Cuestión que se plantearía explícitamente en movimientos como Fluxus, e implícitamente ya en la serie dadá-surrealismo-letrismo-situacionismo en el caso de Europa; o de las reacciones al minimalismo (antiforma, earth art, land art, arte procesual hasta el denominado arte relacional desde finales del siglo XX); o en lo que más recientemente (y haciéndose cargo justamente de los hitos recién mencionados en las narrativas históricas de las artes visuales) se ha llamado “public art[4]. Arte público, con cuyas concepciones (principalmente las de Félix Duque antes expuestas), así como las de “arte relacional” (en las referencias hechas a Nicolas Bourriaud), se han buscado afinidades, resonancias, en esta investigación. Se trata de una interfaz que el arte contemporáneo ha puesto a trabajar retroactivamente en los archivos de las artes visuales, reconociendo las disidencias y alteridades que han puesto en movimiento lo que diversas narrativas históricas y teóricas del arte ponen en liza.

Un segundo sentido de la interfaz refiere a la literalidad de las fachadas, a su literalidad constructivo-arquitectónica: actualización de la frontera público/privado. La fachada como la operación que le hace lugar a la reflexividad de la ciudad en la calle: la calle como mosaico de singularidades domiciliarias; cada singularidad domiciliaria una palabra a la calle. En cada fachada estaría en juego lo que sus moradores, la historia de su residencialidad, ponen en escena pública

Las fachadas montan la conversación en que la calle tiene lugar, en que acontece como una ciudad incompleta, como una habitabilidad viniendo, una ciudadanía por venir. Las fachadas contienen caligrafías heteróclitas, articulan el estar y el pasar, ocasión mundana del lazo social. Las fachadas le muestran al habitante que pasa, el paso de la vida en fragmentos del habitante que está, que ha estado y viene estando. Detenciones provisionales, estaciones de una obra en curso, las fachadas se levantan como adhesiones centrípetas del vivir que escriben la calle.

Un tercer sentido en que la interfaz orientó Fachada es aquel referido al sentido del propio trabajo. Dicho en los términos de la tradición teórica del arte, se trata del “problema de la obra”; dicho en los términos utilizados durante el emplazamiento de Fachada, se trata de una interfaz que acontece en “la conversación de constructores a constructores[5]. En la interfaz hay algo que obra en toda obra, y que fue entendido como encuentro. No hay obra en la que no obre el encuentro del obrador con aquello que va haciendo, ese estar haciendo en que comparecen concurrentes otros. El encuentro de aquello hecho con otros, que podrán ser conmovidos por lo que sigue haciendo en lo hecho, lo que obra en la obra.

Operaciones

¿Cuáles serían las acciones sobre las fachadas? Una vez asumidas las declaraciones que trazaban el campo de acción, que situaban las acciones a poner en marcha para actualizar tales sentidos, se trataba ahora de decidir ¿qué hacer? Es decir, ya definidas las orientaciones de las acciones, la pregunta fue por las acciones propiamente tales.

Trabajamos en dos asentamientos urbanos Villa Simón Bolivar y Villa Jaime Eyzaguirre. Esta última un asentamiento programado desde las políticas habitacionales del gobierno presidido por Frei Montalva en los años sesenta, la villa Simón Bolívar (primeramente llamada “Guerrillero Manuel Rodríguez”) un asentamiento programado por movimientos de pobladores bajo la operación “toma de terreno”, en la misma época. Dos experiencias históricas propias a un flujo que agenciaron aquellos nombrados a mediados del siglo XX en América Latina como los “sin-casa”.

Los recorridos de TUP por ambos asentamientos sugerían modalidades distintas de la misma ejecución táctica: ofrecer una conversación sobre lo que sabían de la proveniencia de cada villa desde su propia proveniencia, desde sus propios asentamientos, desde sus trayectorias y estaciones, sus construcciones.

Una entrada a la villa SB y otra entrada a la villa JE. En ambas apuestas de entradas era hora de estar ahí en esas tramas de habitabilidad, habiendo pasado por allí entre calles-casas-plazas-pasajes. Y allí, no era lo mismo SB que JE, había que tantear en cada una. De modo que se iniciaron las operaciones de conversación explícita según dos iniciativas distintas, precipitadas por estas aproximaciones, apostadas por TUP para cada villa según indicaba el reconocimiento hecho en paseos por letras y calles, por voces y documentos, por marcas registradas en edificaciones y cartografías oficiales. Dos apuestas de acceso a cada una de las dos villas, que en definitiva trazarían las particularidades del trabajo visual que arrancaría entre fachadas y veredas, entre el deseo del paseante y el de los habitantes. Lo que veíamos, y los que nos veían.


[1] Folio Nº 1CL13123-2005-20104.

[2] Además de quién suscribe esta investigación, en esta experiencia de TUP participaron Leonardo Ahumada/ Diseñador; Patricio Castro / artista plástico; Alexis Llerena/ creador audiovisual/ artista plástico; José Manuel Varas/ antropólogo.

[3] Denominación en uso para aludir al encuentro entre oficiantes de diversas disciplinas, lo que no es del todo preciso en TUP. En este colectivo prima más bien un sentido post disciplinario, o des disciplinante.

[4] Se conserva aquí la denominación en lengua inglesa, por el reconocimiento a su propuesta y difusión desde fines del siglo XX . “Tentados estaríamos de dejar la expresión en inglés : public art (al igual que se habla de pop, del minimal o del land art) ya que es sobre todo en Norteamérica donde se está dando este fenómeno, en amplitud creciente, y que desde luego se exporta al resto del mundo.” Félix Duque (2001:109). En adelante se usará la expresión castellana arte público. Véase primer capítulo, tercer apartado, sección c.2 Maquinismo nómade: estatuto de lo “público-relacional”.

[5] La fórmula es acierto de Patricio Castro, artista plástico que convocara a quienes formamos TUP, quién después de nuestras exposiciones itinerantes por presentaciones públicas, un par de años tras cerrar el proyecto ha dado con la sentencia.


Simón Bolívar I from patricio castro on Vimeo.

Simón Bolivar II from patricio castro on Vimeo.

TERRENO TOMADO/ POBLACIÓN SIMÓN BOLÍVAR 1 from patricio castro on Vimeo.

3 Respuestas a “Proyecto Fachada

  1. Actualmente estamos realizando un programa sobre identidad, genero y espacio publico en el barrio Santiago Nueva Extremadura, del sector El Castillo en la comuna de La Pintana.Y Estamos interesados en tomar contacto con ustedes, para ver la posibilidad de replicar las experiencias que han realizado, para este lugar.

    atte
    diego rm
    SUR corporacion

  2. Pingback: Arte ambulante, colectivo gigante | km cero·

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